miércoles, 1 de octubre de 2014

La semilla de la Felicidad

Bueno, aprovechando que hace tres años que no subo nada al blog (ya me vale), he de decir que tengo muchas más cosas que contar.
En estos tres años me ha dado tiempo de hacer muchísimas cosas: Terminar los estudios universitarios, hacer el camino de Santiago dos veces, ver mucho cine, hacer mucho teatro, etc.

Sin duda hay un montón de recuerdos que me gustaría compartir con vosotros, pero creo que uno de los que más me gustaría mostraros, es mi primer trabajo como director.
Se trata de un corto que realizamos en tercero de carrera, hace ahora dos años. El profesor nos dio un tema a priori muy sencillo: Un mundo mejor es posible.

En clase surgieron mil ideas que podrían mejorar el mundo. En nuestro grupo de trabajo también: Desde hacer un documental sobre un hombre real que todas las semanas donaba la mitad de su sueldo para ofrecer a los pobres un desayuno digno, hasta el rodar un corto de ficción, narrando las ideas reales de diferentes personalidades de diversos ámbitos, que estarían orientadas a mejorar el mundo.
La verdad es que yo no creía que mi idea fuera a gustarles, pero se lo comente: ¿Por que no contamos una historia sencilla?¿Nos arriesgamos a mostrar que un pequeño gesto puede cambiarlo todo?
¿Un gesto como cual? QUIZÁS ENTREGAR UNA FLOR. Un señor ha perdido a su esposa. Es algo terrible, espantoso, y nada de lo que la gente que le rodea pueda hacer, hará que la olvide, pero nosotros le entregamos una simple flor, en un gesto de empatía, de solidaridad, ya que aunque no nos conozcamos de nada, puedo comprender tu dolor.

Para mi sorpresa, todos empezaron a pensar en otras situaciones en las que podría suceder ese pequeño gesto de entregar una flor. Teníamos una idea. Me dejaron construir la historia, sin presiones, y he de decir que se lo puse difícil al equipo de producción, que supo apañárselas extraordinariamente bien. Con una banda sonora inmejorable compuesta específicamente para el corto y unos actores profesionales que nos brindaron su mejor actuación sin cobrar nada.

La experiencia fue muy gratificante, y yo me llevé un montón de recuerdos imborrables, que me hicieron crecer en el mundillo del cine.
Sin más os dejo con La Semilla de la Felicidad.






Espero que hayáis disfrutado con el fruto de nuestro esfuerzo, y que al menos os haya hecho sacar alguna emoción. Una pequeña lagrimilla que se queda en el ojo, o una sonrisa de complicidad.

Creo que lo mejor de este corto, fue que pude pararme un momento en el camino de mi vida, y pensar, que un mundo mejor si es posible.


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