miércoles, 1 de octubre de 2014

Enjoy the silence

Pocas canciones me inspiran tanto como esta que hoy os presento.



Hace ya algo de tiempo, salí con mi hermana a dar una vuelta con la bicicleta. Decidimos salir de la urbe y perdernos por los caminos de tierra que salían hacia los exteriores de la ciudad y conducían a las localidades cercanas.

Llegó un momento en que nos perdimos, estábamos cansados de dar pedales y el sol nos hacia sudar de lo lindo.
Y sin embargo, y a pesar de todo esto, no podía ser más feliz. El viento golpeando mi cara, las preocupaciones de la vida tan lejanas y distantes que parecían no existir. Solo necesitaba seguir acelerando por aquellos recónditos caminos, vacíos de nadie más que nosotros dos. Era tan mágico.

Y entonces, una canción vino a mi mente.
All I ever wanted
all I ever needed
is here, in my arms
Words are very unnecesary
they can only do harm

Sin darme cuenta, comencé a cantarla en voz alta. Mi hermana me miro y sonriendo, me dijo: es lo que yo pensaba.
Aquella canción reflejaba perfectamente los sentimientos que los dos habíamos experimentado aquel día. Porque aun estando juntos, cada uno había conectado con sus pensamientos más profundos.
Soy un gran amante de las caminatas, he hecho el camino de Santiago dos veces, varias rutas de senderismo y tengo entre mis proyectos futuros, ser guía de senderos. Si algo me ha enseñado esto, es que no hay mejor manera de recorrer un camino, que en solitario.

Como digo bastantes veces en este blog, la vida es un camino. Solo podemos saber de donde venimos, pero nunca a donde vamos. Tomar constancia de ese hecho de transito, es muy importante para nosotros. Es comulgar con nuestros deseos, con nuestras expectativas para el futuro que nos aguarda, con aquellos objetivos que decidimos descartar, con las decisiones erróneas y acertadas que tomamos.
La mejor manera de llegar a este hecho, es estar solo, y conversar contigo mismo.

Luis Malibrán, un genial fotógrafo, decía que para él, lo más interesante de una persona, era ese momento en que su mirada se perdía en el horizonte y se sumía en sus pensamientos, ya que era el único momento en que esa persona era ella misma, sin condicionamiento ninguno. Sin tener que comportarse en relación con los otros, o con las circunstancias que la rodean.
Solo cuando nos miramos a nosotros mismos, cuando nos permitimos pensar libremente en lo que somos y por que somos así, podemos aceptarnos, querernos tal y como somos, y plantarle cara a la vida.

Para mi, eso es lo que viene a decir esta canción. Todo lo que he buscado, todo lo que necesitaba, esta aquí, en mis manos. Todo lo que somos y seremos, depende enteramente de nosotros. No hay más. Depender de los demás, romper esa ley básica que nos individualiza, es perder la oportunidad de llegar a ser en acto, lo que somos en potencia. No podemos buscar en los demás, lo que debemos encontrar en nosotros mismos. Si es cierto que las relaciones humanas pueden ayudarnos a crecer, a ganar confianza y ha seguir adelante, pero las decisiones han de ser propias.

Pero yo no estaba solo aquel día. Mi hermana me acompañaba. Y sin embargo, puedo afirmar sin temor a equivocarme, que ella pensaba lo mismo que yo: Words are very unnecesary, they can only do harm. No hacían falta palabras en ese instante. Estábamos conectados mucho más allá de los signos del lenguaje. Dicen que una mirada vale más que mil palabras. Yo opino igual. Hay mil formas de empatizar con una persona, de saber lo que siente sin ni siquiera tenerla delante.
Aquella fue una experiencia que me alegro de haber podido compartir, sin decir ni una palabra, con el único sonido de la arena bajo las ruedas y del aire golpeando nuestros oídos. Quien puede expresar con palabras lo que solo se puede expresar con el corazón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario